La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) celebrada en Dubái ha llegado a un acuerdo trascendental que marca un hito en la lucha contra el cambio climático. A pesar de las dificultades y la falta de consenso en ciertos aspectos, se han alcanzado decisiones significativas que apuntan hacia la reducción de emisiones y la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
Preservación del Objetivo de 1,5°C
En la COP27 en Sharm el-Sheikh vimos cómo se ponía en riesgo el consenso global de preservar la meta de limitar el calentamiento global a 1,5°C. Afortunadamente, uno de los logros más destacados de la COP28 es la preservación de dicho objetivo, sirviendo como punto de partida en las distintas negociaciones transcurridas.
En este sentido, para poder lograr este objetivo, se reconoce la necesidad de lograr emisiones netas cero a nivel mundial para 2050, con reducciones del 43% para 2030 y del 60% para 2035, comparado con los niveles de emisión de 2019.
Fondo de pérdidas y daños
El primer día de la COP28 arrancaba con el acuerdo sobre las condiciones para poner en marcha de un fondo de pérdidas y daños, cuya creación había sido acordada en la COP27 con el fin de compensar a los países más vulnerables a los impactos del cambio climático y el cual deberá reunir un mínimo de 100.000 millones de dólares al año para 2030.
Si bien encontramos países que ya se han comprometido a realizar aportaciones económicas como, por ejemplo, Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos o la Unión Europea, la realidad es que ningún país estará obligado a contribuir a dicho fondo.
Los países en desarrollo, por su parte, manifiestan que se trata de una cantidad económica insuficiente para dar respuesta a las necesidades reales existentes.
Por otro lado, destacar que se han movilizado más de 85.000 millones de dólares en nuevos compromisos financieros en diversas áreas climáticas, aunque se ha subrayado la importancia de la implementación efectiva de dichos acuerdos
Impulso de la eficiencia energética y uso de energías renovables para 2030
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó el “Compromiso Mundial sobre Energías Renovables y Eficiencia Energética”. Una iniciativa suscrita por más de 120 países, los cuales se han comprometido a triplicar la capacidad mundial de energías renovables, a al menos 11.000 GW – jugando un papel especialmente importante la energía solar y eólica -, así como a aumentar la tasa de mejoras en la eficiencia energética, pasando de aproximadamente un 2%, a una cifra anual del 4%. Todo ello para 2030.
“El principio del fin para los combustibles fósiles”
Los países acuerdan iniciar una transición para abandonar los combustibles fósiles – petróleo, gas y carbón – para 2050, “de manera ordenada y equitativa”. Si bien es cierto que es la primera vez que en una COP se abordan explícitamente los hidrocarburos, cabe destacar que las demandas de las organizaciones ecologistas, la Unión Europea y otros muchos países buscaban acordar metas y acciones para su “eliminación progresiva”. Bajo este paraguas, se hace una mención especial al carbón, dónde se insta a acelerar los esfuerzos para reducir la generación de energía a partir del mismo.
Para poder alcanzar dicho objetivo, se respalda el apoyo en energías renovables, nuclear y tecnologías para capturar emisiones de CO2, una solución que ha generado polémica por su falta de madurez para poder considerarse una solución real y efectiva. Además, también se tiene en consideración la reducción de emisiones de transporte por carretera mediante el desarrollo de infraestructuras y rápido despliegue de vehículos de emisiones cero y bajas
Fin de los subsidios a los combustibles fósiles
Los países se han comprometido a eliminar todas las ayudas y/o reducciones fiscales, asociadas a los combustibles fósiles. Únicamente se mantendrán aquellas que estén destinados a garantizar una transición justa o mitigar situaciones de pobreza energética.
A pesar de estos avances, la COP28 ha evidenciado la falta de consenso para adoptar textos relativos a ciertos artículos del Acuerdo de París, lo que subraya la complejidad de las negociaciones y los desafíos persistentes en el camino hacia la acción climática global. Asimismo, la financiación de la adaptación al cambio climático sigue siendo una de las lagunas más significativas entre lo que se necesita y lo que se aporta
En resumen, la COP28 ha sentado las bases para un futuro más sostenible. Sin embargo, queda trabajo por hacer para superar los desafíos restantes y garantizar la plena implementación de los acuerdos alcanzados.