Tomen buena nota de lo siguiente: si los tipos de interés en EE UU prosiguen con su escalada, la renta fija tradicional tiene muchos números para convertirse en caballo perdedor en los próximos años. Para cubrirse de este riesgo necesita una estrategia. Recomiendo que busque consejo en un profesional para cómo ponerla en práctica. Sería ideal que el experto en cuestión sea independiente y esté libre de cualquier conflicto de interés a la hora de asesorarle.
Una de las consecuencias más drásticas que nos ha traído la última crisis financiera es que la función de los activos de inversión más tradicionales como la renta fija o la renta variable han visto invertidos por completo sus papeles/roles principales. En la post crisis se empezó a comprar renta fija (bonos) por sus atractivos avances en precio. En la renta variable en cambio los inversores empezaron a apreciar la capacidad de consolidar ingresos recurrentes mediante dividendos.
¡En un mundo lógico debería ser justo al revés! Pero claro: los nuevos bonos que salieron al mercado cada vez pagaban menos cupón, con lo que la alternativa del dividendo en acciones cotizadas empezó a seducir a los que buscaban ingresos recurrentes. Por otra parte, la caída de los tipos de interés convirtió a los papeles de renta fija emitidos antes del comienzo del ciclo de caídas de tipo -y con cupones todavía atractivos- en auténticas joyas: una demanda al alza con como consecuencia un incremento continuo de su precio de cotización.
Los tipos en EE UU seguirán subiendo
Hasta aquí bien, solo que debe hacerse con la idea de que muy probablemente nos encontremos en un punto en el que estamos iniciando la normalización del desajuste antes comentado. Mientras la coyuntura siga dando señales positivas, los tipos en EE UU seguirán subiendo. Esto engrosara el potencial de posible ingreso recurrente por cupón en renta fija al menos fuera de Europa y Japón, en un primer instante. Digo primer instante porque estoy convencido de que en Europa tarde o temprano sufriremos las mismas consecuencias. Por mucho que no lo queramos aceptar o darnos cuenta, América al final siempre tira del carro de los demás (tanto en lo bueno como también en lo malo).
Por todo ello, la futura estrategia para los bonistas debe pasar por minimizar en un máximo posible cualquier riesgo relacionado con el cambio en los niveles de tipo de interés. En términos técnicos esto significa que cuando más cortos los vencimientos de los bonos elegidos sean, menos riesgo asume de potencial pérdida en valor y cuanto más cupón paguen, mayor colchón de resistencia tendría para cuando suban los tipos. Obligaciones con cupones negativos se deben evitar por completo ya que son garantía de perdida asegurada.
El inversor que no está dispuesto a asumir algún tipo de riesgo debe acometer estrategias con las que puede exponer el conjunto de su cartera de bonos a duraciones cortas (media de tiempo de los vencimientos) y hasta negativas para momentos puntuales o buscar refugio en la liquidez hasta que los tipos hayan culminado su movimiento alcista. Para lo primero le aconsejo buscar asesoramiento profesional y lo segundo es poco aconsejable, ya que probablemente tendría que esperar 2-3 años hasta encontrarse de nuevo con factores favorables, aparte de que el dinero en efectivo no le genera ningún rendimiento.
Christian Dürr es responsable de Asesoramiento Patrimonial en ETICA Patrimonios EAFI